Convivieron casi cuatro semanas en casa con su hijo fallecido

Convivieron casi cuatro semanas en casa con su hijo fallecido

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El apartamento donde la pareja mantenía el cadáver

Los investigadores sospechan, por los indicios hallados en la vivienda, que el pequeño de siete años hallado ayer en Girona, España murió hace aproximadamente cuatro semanas por causas que por el momento se desconocen y que, desde entonces, sus padres y hermanos hicieron vida en torno a él. El cadáver permanecía en una pequeña cama envuelto entre sábanas y mantas, en un muy avanzado estado de descomposición.

A pesar de que por el momento la familia no ha querido dar detalles importantes a la policía sobre cómo murió, los padres fueron detenidos este martes por la noche acusados de un delito de homicidio imprudente. Los otros dos hijos de la pareja han quedado bajo la tutela de la Generalitat, reseña El País.

Los padres del pequeño, de 38 años la madre y 39 el padre, ambos de nacionalidad norteamericana, llegaron a Girona hace aproximadamente dos años y se instalaron en un dúplex situado en el cuarto piso del número 3 de la calle Joan Roca Pinet, en el barrio de Sant Pau. El padre, ingeniero de profesión, podría tener, según fuentes de la investigación, alguna relación con el consulado de los Estados Unidos. Él y su esposa son un matrimonio acomodado que pagaba unos 1.100 euros de alquiler al mes. Sus hijos, el difunto y otros dos, de 12 y 14 años, no estaban escolarizados en la capital gerundense. Todo apunta a que seguían unas clases a través de Internet, y que ninguno de ellos hablaba ni castellano ni catalán, solamente inglés.





Por algún motivo que por el momento se desconoce en septiembre dejaron de pagar el alquiler. Esto fue lo que llevó a la propietaria del piso a ir hasta el inmueble para intentar cobrar los meses atrasados. Al ver que los inquilinos hacían caso omiso de su llamada y al oír gritos desde el otro lado de la puerta sospechó que alguna cosa extraña estaba pasando y se puso en contacto con los Mossos d’Esquadra para alertar de la situación.

Una patrulla se presentó en el domicilio y la pareja, visiblemente alterada, no opuso resistencia a la entrada de los policías, según explicaron fuentes cercanas a la investigación. Un fuerte hedor a putrefacción, el nerviosismo del padre y el hecho de ver solamente a dos de los tres hijos de la pareja alertaron a los agentes de que alguna cosa no iba bien. Registraron la vivienda y en una de las habitaciones hallaron un macabro escenario. En una pequeña cama yacía el cadáver del hijo pequeño del matrimonio. En torno a ella, varios colchones puestos a modo de mesa hicieron pensar a los investigadores que la familia comía y hacía vida al lado del pequeño, en esa misma habitación. Los vecinos confirmaron que se trataba de una familia que se relacionaba poco con otra gente y que hacía tiempo que prácticamente solo veían al padre, en contadas ocasiones.

Tras el hallazgo los agentes llevaron a los padres hasta la comisaría para tomarles declaración, pero estos no ofrecieron ninguna explicación detallada de las circunstancias de la muerte del pequeño, ni cuándo ni cómo falleció.

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