Recuerdo el adjetivo venturoso
agregado al saludo de año nuevo.
Hoy ante el sustantivo me conmuevo
pues lo lleva un hombre pernicioso
que ve morir de cáncer a la gente;
y en lugar de buscar cómo enfrentar
el mal, se dedica a despotricar
contra quienes le piden que enfrente
la grave situación que atraviesa
la salud, debido a la ligereza
con que su ministerio desempeña;
y dado el furor con que denuncia
no podremos contar con su renuncia
para año nuevo. Fin de la reseña.
Oswaldo Páez-Pumar