Hambre. Una sensación que se sufre a lo largo y ancho de nuestra amada Venezuela, y que pensábamos superada hace más de 15 años. Somos un país con reconocida capacidad productiva, recursos naturales y potencial humano, que duerme con la barriga vacía, por las desatinadas políticas del Gobierno.
Estamos pasando penurias; y mientras hacemos largas colas para intentar comprar una lata de leche, granos o una simple canilla, el Ejecutivo se ríe. A ellos no les importa ni un poquito el bienestar del pueblo. Por eso siguen asfixiando e intimidando a la empresa privada, con órdenes de desalojo que solo afectan al venezolano de a pie; a ese que debe llevar pasta, arroz, avena y agua a su familia, y que quizá no pueda volver a hacerlo, cuando cierren definitivamente los galpones de Empresas Polar, en La Yaguara.
Sobrevivimos a una carestía de productos básicos de al menos 75 %, y no contentos con eso ordenan el cierre de la principal planta de distribución de alimentos en Caracas, propiedad de Empresas Polar, y que también surte a otros 19 municipios del país. ¿A qué juegan los “Revolucionarios”?
Atacando y expropiando no se resolverá la aguda crisis económica que afrontamos como país, y mucho menos se solventará el feroz desabastecimiento de artículos de primera necesidad.
¿Tentando a la historia señor Maduro?
Lo vivimos en San Félix, y otras regiones del país, y ojalá que no se repita. Ésa no es la salida. Ciertamente nuestro pueblo está desesperado. Tiene pánico. Mucha hambre; y no quedan insumos para calmarla.
La pobreza retrocedió y hasta superó las estadísticas del año 98. Según informes de “Proyecto Pobreza”, coordinado por el Sociólogo Luis Pedro España, está por encima del 48%, y eso es un record negativo muy preocupante para la nación. “La tragedia recién comienza”, advirtió el profesor España tras los eventos suscitados en el estado Bolívar.
Una preocupación colectiva. Una realidad denigrante que solo podrá resolverse con rectificación señor Maduro, y también con una nueva Asamblea Nacional.
Nuestra empresa privada tiene mucha vocación y ganas de sacar a adelante a Venezuela, solo hay que darle el incentivo y dejarla trabajar; y eso lo vamos a lograr unidos, luego del 6 de diciembre.
Ante un gobierno todo poderoso, una ciudadanía organizada puede alcanzar el cambio que el pueblo reclama.
¡Juntos vamos a unir y cambiar a Venezuela!