De repente, el Putinsaurio

De repente, el Putinsaurio

La imagen de 2009 muestra al mandatario ruso nadando en las frías aguas siberianas, una de las muchas en las que se le ve haciendo cosas viriles, publica abc.es.

Por ROSA BELMONTE

Antes de que Ana Obregón dejara de hacer sus posados, Vladimir Putin empezó con los suyos. En 2007 ya se fotografiaba como un Geyperman de la estepa. Al ruso de 62 años lo hemos visto arponeando ballenas (para tomar una muestra de piel), con un rifle (sin camiseta), a caballo (sin camiseta), a caballo muy abrigado, en lancha al lado de un oso, conduciendo un tanque, conduciendo un coche de Fórmula 1, llevando una moto más grande que el motocarro de Cassen en «Plácido», tocando el piano, dando el biberón a un alce, forjando hierro, jugando al hockey sobre hielo, escuchando los susurros de un caballo, tripulando un minisubmarino, abrazando un perro, pilotando un avión, conduciendo una moto de nieve, echando un pulso, mirando un leopardo, sacando dos piezas arqueológicas después de bucear, haciendo una llave de judo, poniendo el collar a un tigre, tratando de doblar una sartén… Son muchos años de Action Man. Muchos años de esas fotografías entre el NO-DO y National Geographic. En el futuro, Retronaut va a tener un book que ríete de Mussolini corriendo delante de la tropa en 1938.





La imagen de arriba es del 3 de agosto de 2009 en Tuvá, en la zona meridional de Siberia. Putin, el presidente que más tiempo ha estado en el cargo desde la caída de la URSS, dio una entrevista a Naomi Campbell para «GQ» en 2010. Dijo que le gustaban el deporte y las mujeres atrevidas. La modelo se atrevió a hacerle la pelota. ¿Cómo se mantiene en tan buena forma? El entonces primer ministro contestó que nadaba cada día e iba al gimnasio con amigos. Mmmm. Campbell le recordó esa foto, reconociendo que ella no sabía nadar al estilo mariposa. «Podemos nadar como nos dé la gana», dijo él como si fuera de Bilbao. «Nadaba así porque hacía frío, la temperatura del agua en ese río siberiano era de 16 grados». Leonid Krasin era un ingeniero de la Unión Soviética que propuso congelar el cadáver de Lenin para resucitarlo cuando fuera posible. Krasin había anunciado que en el futuro los líderes revolucionarios jamás morirían. Putin, líder posrevolucionario, se congela como le da la gana.

Con el lío de Grecia, Obama ha estado enredando en Europa para que los helenos no miraran hacia Moscú. El presidente americano puede ver Rusia desde el Peloponeso, igual que Sarah Palin ve Rusia desde su casa. Le faltó tiempo al ruso para irrumpir en la negociación entre Atenas y Bruselas insinuando que suministraría carburantes a Grecia. Porque Putin no nada a mariposa como Michael Phelps. Sale del agua como el tremendo mosasauro de «Jurasic World». El Putinsaurio.