Las batallas amorosas de Simón Bolívar

Las batallas amorosas de Simón Bolívar

Bolivar

Los detractores de Simón Bolívar lo tachan de ser un mujeriego y un depravado. Entretanto, los historiadores reconocen algunos de sus romances pero tratan el tema por encima, para no desmitificar la figura impoluta, y la rectitud del héroe, del Libertador.

Pero, ¿acaso Bolívar no era un ser humano? ¿Acaso no podía sentir atracción por las mujeres que conocía en distintos lugares y satisfacer sus impulsos? Esas son las preguntas que se hizo el autor Eduardo Lozano, un biólogo apasionado por la historia, que desde hace un año y medio se dio a la tarea de recopilar documentos para tratar en el libro “Bolívar, mujeriego empedernido”, la faceta erótica de este personaje histórico. “Me surgió la idea porque hay una gran distorsión a nivel popular de lo que fue Bolívar como amante”, apunta Lozano.





Según lo que se comenta en la obra y en los libros que consultó Lozano, Bolívar no daba puntada sin dedal. “Él no desperdiciaba ocasión de hacer una conquista”, dice el autor, quien buscó narrar varias aventuras del Libertador de un modo agradable y ameno para los lectores.

Por ejemplo, en el libro se cuenta la historia de Simón Bolívar con la joven española María Teresa Rodríguez del Toro, con quien se casó en Madrid para luego volver a América. Pero Rodríguez murió pronto a causa de una enfermedad incurable dejando a Bolívar “solo, desolado…y descontrolado”, indica Lozano.

Desde entonces, narra el libro, Bolívar cumplió su promesa de no volverse a casar, pero en cambio, se dieron toda una serie de romances, algunos muy fugaces, otros no tanto, que en todo caso jamás le implicaron un compromiso formal.

En el libro se relata el romance de Bolívar con Fanny Du Villars, una aristócrata francesa con la que siempre se especuló que tuvo un hijo, aunque esto jamás se confirmó.

También, se hace el recuento de la aventura de Bolívar con Josefina Machado, una de las damas que lo coronó en su entrada triunfal en Caracas y a la que llamaban ‘Pepita’.

Y cómo no, se habla de uno de los romances más conocidos del Libertador: el que tuvo con Manuelita Sáenz. De hecho, Lozano narra en su obra aquel día en Lima en el que ella, al organizar su cama y sacudir las sabanas, descubrió un arete de otra mujer.

Le dio tanta rabia que cuando vio al Libertador se le fue encima y lo arañó, hasta el punto de que tuvo que intervenir la guardia para calmarla. A Bolívar le quedaron algunas secuelas de aquella pelea y tuvo que poner como pretexto una gripa para no dejarse ver por unos días mientras le sanaban las heridas.

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