Juan José Moreno A: Mosca con los pregoneros de la guerra

Juan José Moreno A: Mosca con los pregoneros de la guerra

thumbnailjuanjosemorenoSon muy terribles los hechos y comentarios surgidos durante los últimos días, de fuentes de muy alta credibilidad que describen una situación sin precedentes en la historia del país, como es la vinculación de distintos factores de poder en sus más variados rangos con la violencia y la exaltación de la propia guerra, como detestable recurso para sacar provecho de ella.

No estamos revelando ningún secreto cuando decimos que desde la posición más alta de ese binomio contra natura que conforman los poderes Ejecutivo y Legislativo, a través de sus mayores representantes, pasando por instancias como la ministra de las cárceles e, incluyendo en el nivel regional al gobernador de Aragua, se maneja una serie de procedimientos destinados a ejercer un control total sobre la población para garantizarse su permanencia en la conducción del Estado, al precio que sea.

Los acontecimientos más recientes, acaecidos en Aragua, ratifican lo que ya se evidencia en todo el país: pese a su cínico pregón de ser gente de paz, el régimen chavista está en guerra, una que decretaron primero desde Chávez con la expropiación de empresas para anular la producción de alimentos en el país, y la cual mantiene el presidente Maduro con todo lo que huela a oposición; y otra, la que ejecutan diariamente sus mencionados subalternos, quienes, como Tarek El Aissami, no oculta las verdaderos intenciones del régimen al afirmar, como lo expresó en una entrevista radiofónica que en Aragua se están preparando para la lucha armada por ser la “nueva doctrina bolivariana” y declarar como objetivo “estratégico” al gobernador de Miranda y líder fundamental de Primero Justicia, Henrique Capriles Radonsky.





Pero este señor, también incluido en la lista de malas conductas del régimen venezolano, por parte del gobierno estadounidense, ha venido apuntando igualmente con su lenguaje guerreristas hacia distintos frentes; y en el caso concreto de los acontecimientos registrados en la alcaldía del Municipio Mario Briceño Iragorry, cuya incursión de bandas chavistas dejó un saldo de 15 heridos, incluidos varios periodistas, tienen como promotor principal al susodicho; mientras, por otro lado, ha permitido la actuación a sus anchas de bandas criminales que han venido actuando impunemente, a nombre de esa gran cabronería (como la llamaría el propio Maduro) que representa la implantación de los llamados “territorios de paz” que hoy se extienden por gran parte del territorio nacional con las consecuencias que vienen denunciando los pocos medios de comunicación que hoy se atreven a publicar este tipo de informaciones.

Tampoco es secreto, como lo reveló el gobernador de Carabobo, Francisco Ameliach, en la oportunidad que le correspondió a su gobierno enfrentar a los participantes de las manifestaciones del trágico febrero de 2014, que los grupos de choque armados están bajo el control del mismísimo Diosdado Cabello, quien se ufana de controlar sus grupos de “Patriotas Cooperantes”, que en una actuación realmente contraria a la ética política ejercen la detestable función de invasores de la privacidad de las personas, es decir de vulgares espías de la intimidad de los líderes de la oposición, al extremo de caer en la sucia práctica del montaje de situaciones falsas contra el honor de quienes convierten en sus víctimas. Y sobre este particular nos preguntamos los venezolanos, por qué este personaje, cuyo papel como presidente de la Asamblea Nacional se asemeja más al de aquellos señores capataces que trataban a sus súbditos “a las patadas”, no agarra a sus fulanos cooperantes y los pone a cuidar a los ciudadanos indefensos que, por causa de esa violencia que el propio régimen estimula, convierten al país en un territorio de muerte.

Insistimos, la situación es muy delicada, pues las informaciones que proceden de todos lados y las cuales nos resistimos aceptar, es que estamos bajo el imperio de un régimen propiciador de la guerra y protector del hampa; por lo que la prudencia aconseja orientar y medir con mucha cautela todos nuestros pasos. Nos encontramos en un momento, donde todo indica que el régimen está dispuesto a evitar la contundente derrota electoral que se aproxima; por lo que debemos aplaudir, en tal sentido, las más recientes decisiones de la Mesa de la Unidad, de establecer una pauta común de lucha, orientada en este sentido.

Twitter: @JJMorenoA