Armando Martini Pietri: Estrategia con hambre no dura

Armando Martini Pietri: Estrategia con hambre no dura

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Ir a una huelga de hambre, propuesta, iniciada y sostenida por Leopoldo López y Daniel Ceballos, progresivamente asumida también por otros militantes de la protesta democrática, ha sido una decisión llena de coraje –no solo tomarla, aun más sostenerla- y de un firme y atinado sentido de estrategia política.

No muchos días tras ser iniciada, la huelga de hambre, y las condiciones físicas de sus practicantes, no sólo se convirtieron en tema nacional e internacional de alto interés, sino en una auténtica carga para el Gobierno de Nicolás Maduro, donde más de uno debe estar prendiendo velas y encomendando novenas para que ni a López ni a Ceballos les pase nada.





Lo malo para el Gobierno madurista es que así como Leopoldo López parece aguantar bastante bien –dentro de lo que cabe-, las informaciones indican que Daniel Ceballos se deteriora con rapidez y con síntomas, ya, de daños que podrían convertirse en permanentes. Si éste fuera un Gobierno más inteligente y menos abrumado por su propia ceguera torpe, ya ambos líderes habrían sido trasladados, con respaldo judicial y la presencia vigilante –y testimonial- de organismos de alta credibilidad como la Cruz Roja o la Conferencia Episcopal Venezolana, a centros hospitalarios en los cuales, respetando su decisión de no ingerir alimentos, se les mantuviera en ambientes médicamente controlados cada minuto de cada día.

Desde la otra perspectiva, es decir, el cumplimiento de un objetivo de gran peso, la huelga de hambre debería finalizar este fin de semana, o como muy tarde el lunes 8 de junio, como respuesta al seguro reclamo que el Papa Francisco hará a Nicolás Maduro cuando lo reciba el domingo en el Vaticano. A estas alturas, repetimos, ya el sacrificio de López, Ceballos y sus émulos dentro de Venezuela, es tema de agenda en todos los gobiernos amigos o censores del madurense, y sin duda será tema de discusión en la Cumbre Celac Unión Europea; quizás incómodo para algunos delegados latinoamericanos, pero fundamental para los europeos.

La huelga de hambre, y mantener a ambos líderes ejecutándola dentro de dos cárceles, atendidos por cancerberos militares y policiales, es en estos momentos la cúspide del mayor problema político internacional que, con retórica parroquial, intrascendente y enredada, tiene a Nicolás Maduro contra la pared en los centros internacionales claves, es decir, el constante reclamo y la ya permanente crítica a sus fallos graves en el respeto a los derechos humanos.

Si en cambio, el verdadero objetivo de López y Ceballos es el trío de exigencias, entonces los equivocados son ellos, porque Nicolás Maduro no puede darse el lujo, como Presidente en su peculiar estilo y con sus patéticas circunstancias, de ceder. Podrá fijarse la fecha de las elecciones, o podrían liberarse unos cuantos presos políticos unos días después de suspendida la huelga de hambre, pero no mientras ésta se mantenga activa. Maduro, atenazado entre la espada militar, el muro de la economía y las arenas movedizas de su propio partido, no va a considerar nada que, en su criterio, lo haga aparecer como débil, aparte de que tiene gente alrededor que lo miran todo el día y todos los días.

Una solicitud del Papa, puede ser la salida para López y Ceballos de una huelga feroz que ya cumplió, y para el Gobierno de un problema del cual quiere salir –suponemos que no ha llegado todavía al extremo de torpeza de creer que Leopoldo López y Daniel Ceballos sean figuras de escaso impacto popular y que lo que les pueda pasar no pasará de ser noticia de un par de días.

No deberían olvidar Nicolás Maduro y sus principales compinches, que más de una mente en la oposición debe estar previendo que dos mártires de esa dimensión, se convertirían en banderas extraordinarias e imbatibles. Pido perdón por este mal pensamiento con sabor perverso, pero en la oposición saben, y en el Gobierno deberían saber, que ni Leopoldo López ni Daniel Ceballos son Franklin Brito ni mucho menos Nicolás Maduro es Hugo Chávez ni está rodeado de las ventajas emocionales que el comandante tuvo en aquellos tiempos aciagos en los cuales Brito murió. La protesta de Brito no pudo con el mito de Chávez, las de López y Ceballos sí podrían, por ser quiénes son y por estar el chavismo donde está, arriar esas banderas ya bastante deshilachadas.

Este lunes debe estar llegando a Caracas Felipe González, mientras el Presidente Maduro se dispone a someterse al durísimo cuestionamiento europeo –vale decir mundial, aunque Rousseff, Kirchner, Morales, Correa y Santos callen. Es un buen día para que Leopoldo López y Daniel Ceballos informen al país que la misión de su huelga de hambre ha sido cumplida. La verdadera misión.

@ArmandoMartini