William Anseume: La burla de Obama a nuestra cancillería

William Anseume: La burla de Obama a nuestra cancillería

William Anseume

Venezuela se devanea entre la risa y la desgracia. La risa de quienes desde afuera aprecian este hundirse de un gobierno inepto en todo y la desgracia de quienes padecemos, dentro, ese mismo gobierno hundiéndose, arrastrándonos.

¿Cuál es el peligro que representa Venezuela para la potencia estadounidense? La desestabilización de la región a la que ha venido jugando nuestro gobierno, ese aliarse con los otros terroristas, con la crueldad y la inhumanidad, su vinculación con grupos como las FARC, ETA y grupos islámicos del terror. Y, desde luego, esas alianzas comerciales con tradicionales enemigos estadounidenses. Cuba, China, la república socialista soviética de Bielorrusia y Rusia, especialmente en cuanto a lo ideológico. Obama sabe jugar el ajedrez político con mesura. No desconoce la cruenta realidad venezolana: las torturas, los muertos y los presos políticos tratados cruelmente y degradantemente, según un comisionado de la ONU, como todos sabemos, además. Y mira con detención, los intereses económicos para su nación.





Con sus acciones y declaraciones el presidente de los Estados Unidos manifiesta que no se hará el sordo a los clamores agónicos de un país y expresa que está dispuesto a actuar, aprovechando esta coyuntura magnífica para él, cuando sabe que el país de Bolívar atraviesa su peor ola de desprestigio internacional, por la tozudez de no encarar el diálogo necesario, previa liberación de los presos políticos. El mundo se opone a la represión establecida en Venezuela, a la dictadura venezolana. Eso, en buena parte, se debe a los movimientos ajedrecísticos de Barack, que incluyen el haber convertido a los cubanos en sus lameculos y el apoderamiento de Guyana de la zona en reclamación del territorio esequibo, para brindárselo a las empresas petroleras estadounidenses. EEUU embiste por todos los flancos y sin demora en su tenaz asfixia del gobierno venezolano, en su persecución.

No necesita hacernos una guerra económica durante esta implosión de nuestra economía, en un país donde no se encuentra a ningún precio nada de lo indispensable para la vida. No requiere invadirnos, ¿para qué? Como boa constrictor va ahorcando el posible respiro del gobierno de Maduro, hasta reventarlo sin mayores huellas.

Y la torpeza de nuestros enviados internacionales no se hace esperar. O sea, se la ponen papayita, como decimos por aquí, al perspicaz, locuaz y hábil mecanismo político de Obama. Nuestro representante en la OEA, el Chaderton ese, expresa como le suenan, ante los tiros, las cabezas de los opositores, todo un poeta de la muerte ajena este individuo; la canciller relata, como cachetadas callejeras entre cocineras realengas, con el perdón de las muy dignas cocineras, su pleito, suyo, con la representante estadounidense Roberta Jacobson, mostrando aquella su bajeza humana y el desconocimiento abierto de su cargo, de majestad alguna; quien dirige nuestro mundo internacional, cada vez más angosto y más ajeno, el presidente Maduro, pide poderes especiales, él quien posee todo el poder endeble, para enfrentar los ataques estadounidenses que no ve, porque no se ven, ya que Obama se le ha vuelto todo un prestidigitador. El empequeñecido Maduro aprecia una invasión invisible y se siente acosado, perseguido, por todo el mundo, sin saber qué hacer ni cómo para librarse de su batalla perdida antes del inicio.
Todo un espectáculo circense, con enanos, pulgas, seres defectuosos, música de fanfarria. Allí va la canciller tocando los platos, vestida de luces agónicas, porque no es un circo nuevo sino desteñido en sangre y se escapó el león ya viejo que apenas ruge, como perrito sarnoso echado por las heridas de la pata coja y la lona hace aguas, mientras llueve. En tanto, Obama ríe como sale en diversas caricaturas y fotos, explayado en este circo medio macabro, medio burlesco, que se va hundiendo causando un rictus farsesco, miserable.

Obama se burla porque nuestro gobierno no sabe del arte de la política, como lo muestra a lo interno, pero desconoce en todo la política exterior y le ha sacado el cu…erpo, tal cual hacen los desconocedores, cuando creen que saben: rodando, cuesta abajo, en sus diversas torpezas.

wanseume@usb.ve