William Anseume: Las diversas tonterías del “Plan de la patria”

William Anseume: Las diversas tonterías del “Plan de la patria”

William Anseume El 4 de diciembre de 2013 publicaron en la Gaceta Oficial, con el rimbombante subtítulo de Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019, la “Ley del Plan de la Patria”. Ya no fue una Semana de la Patria, decembrina, como instituyó Pérez Jiménez, a manera de celebración por el aniversario de su advenimiento al poder dictatorial también, sino un largo plan nacional.

Si no fuera por la seriedad que el asunto reviste, nos movería a risa permanente una ligera revisión de ese, cada vez más, jocoso documento. Habla de independencia y soberanía, cuando todos sabemos lo cubanizados que permanecemos, a pesar del acercamiento actual de Cuba a los EEUU, en procura del respiro que sabe ya le hará falta desde este 2015. A  pesar también de nuestra vergonzosa entrega a China con prosternación y todo. Eso que, como dice el documento, y todavía hay quien lo crea: la independencia es el bien más preciado de estos 200 años.

El texto habla de las bondades del socialismo bolivariano del siglo XXI: seguridad social, estabilidad política y felicidad. Tres factores que lucen muy bien hasta en China, pero no aquí, muy palpablemente: las colas para adquirir cualquier cosa, las escaseces y la hiperinflación, dejan muy mal parado este plan, firmado, entre otros, por Cabello.





Entre los principales propósitos del plan está el “Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político”. Y, ríase usted cuanto quiera, se propone también: “… lograr el equilibrio del Universo…”. Menuda tarea para Maduro y sus diversos adláteres.

Más elocuente y consistente con la realidad hubiera sido otra denominación. Algo así, mejor: El pan de la patria, que tanta falta nos hace, sobre todo en las panaderías, o El pran de la patria. Porque, por lo pronto, debemos soportar el incumplimiento de ese o de cualquier otro elemento de planificación nacional.

No sé si ha sido planeado, pero el verdadero planteamiento, el vivido, no ha sido sino ejecutar esta inmensa destrucción nacional que estamos sufriendo, especialmente en aquello central de este supuesto plan: lo económico, lo social y lo político. Olvidémonos del universo y las megalomanías insufribles y ocupémonos de nuestra entristecedora realidad, la palpable, la que necesariamente debemos cambiar y pronto, muy pronto.

wanseume@usb.ve