Intelectuales piden a Obama hacer más atractiva la donación de órganos

Intelectuales piden a Obama hacer más atractiva la donación de órganos

Foto: Reuters
Foto: Reuters

Unos 300 médicos, líderes religiosos y especialistas en ética instaron este miércoles al presidente estadounidense Barack Obama a revisar el sistema de donación de órganos para hacerlo más atractivo y poner fin así a la escasez crónica. AFP

En una carta abierta a la administración de Obama, el grupo instó al gobierno a hacer la donación de órganos más atractiva para el público en general.

“Lamentablemente, las políticas de trasplante se han regido en una hipótesis no fundada: que los donantes no pueden recibir beneficios por sus donaciones sin ser explotados o forzados”, indica el texto firmado por expertos de las universidades de Harvard, Columbia, Georgetown y Princeton así como especialistas en ética y responsables religiosos.





El grupo demanda que las agencias federales estadounidenses como el Instituto Nacional de la Salud (NIH, en inglés) comience los estudios científicos sobre el tema.

Asimismo, sugieren que el gobierno evite ofrecer dinero en efectivo, prefiriendo un enfoque más regulado que ofrezca a los donadores vivos recibir beneficios como un seguro de enfermedades más largo, créditos en los impuestos o contribuciones a las pensiones.

Para los donantes de órganos al morir, los investigadores consideran que se debería estudiar la posibilidad de hacerse cargo de los gastos funerarios o hacer donaciones en su nombre.

“Donar órganos no debe recaer de manera desproporcionada en las personas con ingresos más bajos”, observaron.

Estados Unidos prohíbe a los donantes de órganos recibir alguna forma de retribución.

Actualmente hay cerca de 100.000 personas en lista de espera por un riñón, una cifra que se ha disparado en los últimos años en Estados Unidos. Cerca de 7.000 personas mueren al año esperando un implante o porque su salud se deteriora demasiado para recibirlo.

El problema afecta de manera desproporcionada a minorías como los afroamericanos y los hispanos, que en general esperan entre cuatro a cinco veces más que un paciente blanco.