Kuzya, un tigre siberiano de 23 meses que ha sido también bautizado el “tigre de Putin”, ha sido observado nadando el Río Amur que separa a Rusia de China y desatando un inesperado episodio de nerviosismo diplomático. El tigre aparentemente es especialmente caro para el el mandatario ruso, quien personalmente lo reintrodujo a la naturaleza. Reseña PijamaSurf
El New York Times describe a Kuzya como “viril, y poseído por un insaciable apetito de carne roja” (algunos de esos adjetivos podrían aplicarse el mismo Putin, cuya virilidad ha sido parte de su marketing político, especialmente en el caso de su afición a los animales salvajes como los tigres y los osos).
Oficiales chinos se encuentran buscando a Kuzya, con el temor de que algún cazador ilegalmente acabe con el preciado felino y lo rematen en el mercado negro, donde un cadáver de tigre llega a valer 10 mil dólares.
Diarios rusos escriben que existe todavía esperanzas de que el tigre sea sensible y regrese a casa, olfateando la hostilidad del territorio (además del peligro de las heladas del río).
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