Freddy Paz: Necesitamos una nueva Venezuela

Freddy Paz: Necesitamos una nueva Venezuela

thumbnailfreddypazCada día, al leer los diarios de circulación nacional, o al salir a la calle y darle los buenos días a mis amigos y vecinos, o al ir al mercado, o ir a una farmacia a comprar un medicamento, o al visitar comunidades y caseríos como parte de mi trabajo como parlamentario, lo que escucho y percibo es que la matriz de opinión del ciudadano en general, es la misma que me asalta a mí: “vamos por muy mal camino”.

En cada esquina, en el aeropuerto, en el terminal terrestre, en cada cafetín, en cada cola para comprar alimentos, en las colas para surtir de gasolina, las conversaciones cotidianas se centran en lo difícil que se ha hecho la subsistencia en Venezuela y el rumbo por el cual camina el país en manos de éste gobierno. Dichas conversaciones no son un tema ajeno para mí, ya que me aquejan exactamente las mismas penurias porque mi situación de parlamentario no me exime de ser un humilde ciudadano más.

La escasez, la inflación, la inseguridad personal, el déficit de vivienda, un sistema de salud atrasado y en condiciones precarias, servicios públicos inoperantes, infraestructura vial destruida, transporte público del siglo pasado, escuelas abandonadas, una inmensa burocracia acompañada de ineficiencia irritante, corrupción, desempleo, improvisación, e informalidad, encabezan una larga lista de problemas que mantienen en jaque la vida de todos los venezolanos.





En los últimos 15 años el gobierno ha ido decretando aumentos anuales del salario mínimo que han colocado a éste en 4.251,78 Bsf., pero que pasa con aquellos conciudadanos que solo ganan un poco más del salario mínimo que no ven incrementado sus ingresos desde hace mucho tiempo…?  Que hace un padre de familia que sale a trabajar todo un mes para llevar el pan a su mesa familiar con 4.251,78 Bsf cuando tiene que enfrentarse a una canasta básica alimentaria por el orden de los 13.482,26 BsF?  Que hace un padre de familia cuando se enferma uno de sus hijos y en el hospital no se lo pueden atender pues no hay insumos con que atenderlo, o sencillamente no puede comprar una medicina porque no la encuentra o sencillamente el medicamento cuesta más de lo que representa su salario mensual?  Cuanto miedo siente un padre de familia al salir de su hogar, a ganarse el pan nuestro de cada día; o al enviar   sus hijos al colegio con la incertidumbre de que él o cualquiera de los suyos pueden ser víctimas de la violencia desbordada por el hampa en nuestras calles.

Por increíble que parezca, todo esto sucede en un país que como no me cansare de repetirlo, posee las reservas probadas de petróleo más grandes del mundo y que ha recibido en estos últimos 15 años, sólo por concepto de exportaciones petroleras, sin contar los ingresos por concepto de impuestos o por otros instrumentos, la bicoca de 763 mil millones de dólares, más de tres veces lo recibido por los gobiernos de la llamada “cuarta república”.

Gobernar no es ejercer el poder para mantenerse atornillado en contra de la voluntad popular a él, a costa de los mecanismos más perversos con efectos negativos para la mayoría de los que amamos la tierra que nos parió.  Gobernar no es regalar neveras en épocas electorales, sin preocuparse si el pueblo tiene comida que meter en ellas, o si ni siquiera tiene una vivienda digna a donde llevarla. Gobernar es ejercer el poder al servicio de todos los ciudadanos de un país, sin distingos,  es usar todos los mecanismos a la mano para garantizar progreso personal y colectivo, para hacer de la educación orgullo nacional tanto para los que la imparten como para los que la reciben, es hacer que cada trabajador se sienta dignificado en su trabajo y que pueda llevar a su mesa un pan del tamaño de sus necesidades, es hacer que sus ciudadanos sean sanos mediante políticas sanitarias de prevención coherentes y que sus enfermos sean debidamente atendidos en un sistema hospitalario de punta. Gobernar es garantizar una educación de calidad internacional, que nos haga competitivos en el mundo entero. Gobernar para todos, propiciar la paz y la tranquilidad y combatir la anarquía. Gobernar es impulsar con fuerza la producción nacional, crear confianza en los inversionistas nacionales y extranjeros, fortalecer la industria y el comercio;  y convertir al país en un lugar donde la gente quiera venir porque siente que tiene oportunidades, no marcharse porque siente que aquí ya no hay nada que buscar.