Hacer mercado se lleva mediodía de cada semana

Hacer mercado se lleva mediodía de cada semana

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Todos los días pendiente del teléfono. Enviando o preguntando dónde hay harina de maíz, aceite, pasta, leche o aceite. Decidir si ir a hacer la cola de hoy o realizar otras diligencias. Así es la rutina para hacer mercado en Maracay, que toma entre cuatro a siete visitas semanales a distintos supermercados, así como toda la mañana del sábado o el domingo, eso sin descuidar la posibilidad de pedir el favor de comprar un producto a alguien que ese día se unió a una cola, ofreciendo a veces otro que se ha conseguido en medio de la escasez, reseña El Periodiquito.

Ese fue el resultado de entrevistas realizadas en recorridos a supermercados como el Súper Líder de Los Samanes, el San Diego del Centro Comercial Global y el Automercado Luxor de la avenida Fuerzas Aéreas.





“Voy por el tercero, vengo del Regional”, nos dijo una señora que pidió el anonimato por ser funcionaria pública. “Hago mercado de 7:30 am hasta el mediodía”. Hizo una cola de seis horas para comprar cuatro paquetes de harina de maíz el sábado.

“Compro lo que se consigue”, dijo José Montenegro. “No hago cola. Claro, vivo solo pero compadezco a los que tengan niños pequeños”. Aseguró que no ha conseguido mantequilla, café ni harina de maíz. “Ahora ya no comes lo que quieres”, comentó mientras señalaba un producto alternativo a su favorito.

Jesús Briceño dedica todos los sábados o domingos a hacer mercado. Su madre cuenta desde la moto que comparten “uno hace la cola para comprar y otro para pagar”. “Vamos dos supermercados y luego recorremos bodeguitas”.

“No hay nada qué comprar”, dijo Elías Florida. “Paso dos horas y media para no conseguir casi nada. Visito 3 o 4 mercados pero no siempre llevo todo”. El sábado hizo una cola de dos horas para comprar harina de maíz.

VOLVIÓ EL TRUEQUE

Anarki Farías hace mercado en familia. A veces han ido hasta ocho miembros para abastecerse de productos escasos. “En mi casa vivimos 18 personas, así que a veces nos intercambiamos un poquito, pero no demasiado, si falta un poquito de aceite, por ejemplo”. Su hermana compró ocho latas de leche en polvo, le vendió una para evitar quedarse sin el producto.

El jueves Eliana Hernández consiguió leche, aceite y harina. Hizo dos horas de cola. “Se movía rápido pero empezaba afuera en la calle”. Tiene un niño pequeño y la travesía incluye pañales, que no ha conseguido.