Alexander Guerrero E.: Hiperinflación, escasez y racionamiento

Alexander Guerrero E.: Hiperinflación, escasez y racionamiento

Venezuela registra desde 2013 una severa crisis fiscal y de balanza de pagos que ha provocado una contracción económica bajo una fuerte caída del consumo e inversión, en ruta hacia un colapso fiscal hiperinflacionario, el cual impondrá elevados costos por incumplimientos de pagos, tanto de PDVSA como del gobierno, contratistas, proveedores, acreedores diversos, trabajadores, pasivos en general, que incorpora la de CADIVI con empresas privadas nacionales e internacionales acompañado de una caída libre de la factura petrolera,  independiente que el precio del barril marque 100$, la renta petrolera se evaluá fiscal y financieramente a un 50% del precio del barril de petróleo.

Hiperinflación, escasez y contracción en oferta de bienes

En esa ruta, la economía se moverá, entre la hiperinflación y la escasez, la cual el gobierno tratara de sistematizar con racionamiento, entre la represión económica social y política de un “estado de excepción” militarizado y en marcha con una Ley Habilitante como marco institucional para alinear una guerra que el Presidente libra contra el capital privado, léase capitalismo, y por baranda, contra el “pueblo”, a favor del proceso de socialización de la miseria.





Las decisiones políticas y no económicas del gobierno emergen en un primer plano, con poderes extraordinarios y Ley Habilitante una agenda de controles sobre precios, ganancias e importaciones, y viniendo de la razzia para descapitalizar y arruinar al sector comercio, las fuentes de oferta de hoy hasta un largo mañana han sido infartadas por el gobierno. Maduro probablemente ignora junto a sus ministros, que ello empujara la economía hacia una depresión, pero inflacionaria, por la caída del consumo y la inversión privada y pública.

Pero la hiperinflación llegó, gente humilde prefiere canjear bienes que compra en stocks para canjearlo por otros, medicinas etc., un comportamiento del consumidor absolutamente lógico, cuando una moneda envilecida pierde a hasta su capacidad de medio de intercambio. Recordamos que el bolívar perdió su capacidad para ahorro y atesoramiento, el deterioro de su poder de compra ocurre a velocidad, dia por dia. Lo que compras hoy a un precio tendrá uno más alto mañana!,

La oposición perpleja no asume su riesgo

Una acotación acerca de una depresión inflacionaria, es una manera de explicar un fenómeno en una economía que se contrae, sin que la inflación ceda; es decir, la monetización del déficit, no expande la oferta, dado que esta tiene restricciones legales institucionales respecto a los derechos de propiedad y económicas por caída de la producción. De esta manera la oferta se contrae, la demanda ídem, el desempleo crece y la actividad económica se extingue. El resultante desempleo ira calentando la caldera social, de eso no hay duda. Una acción colectiva de rechazo y protesta ya no es un evento teórico.

Desafortunadamente la oposición bajo shock de perplejidad, quizás por la mediocre performance electoral en D 7 no logra reconocer su responsabilidad, luce cansada y prisionera del status, se dirige por twitter, facebook y smartphones; se le olvido la calle y cuando leen la crítica natural de la gente, pierden la cordura que muestran como oposición política. De todos modos, el caldo de una acción colectiva cuece, y tarde o temprano la desorientación de la población frente a estos eventos económicos algo singulares combinados con una enorme inseguridad personal hará recapacitar al liderazgo político no comprometido con la revolución.

Entre la represión y la postración de la economía

En un 2do plano, encontramos los falsos dilemas del gobierno, constituidos como una especie de bunkers donde se acoraza el gobierno, y donde el instinto de perder el poder en medio de un tsunami socioeconómico, lo ha empujado a correr hacia adelante y nos amenaza de acabar con lo que queda de democracia, que es poco de paso, en un desesperado esfuerzo por mantenerse el poder y resistir una potencial eyección. Como esos dilemas no tienen solución óptima, Maduro juega topo a todo, y con tanta gente que lo rodea con rabo e paja y muchas cuentas que presentar, el camino escogido “pareciera” ser el más apropiado a sus intereses, pero el que podría provocar costos problemas socioeconómicos y políticos.

El segundo falso dilema del gobierno parte de su decisión en mayores controles en los precios y e importaciones, ante la posibilidad de flexibilizar, algo con lo cual la sociedad rentista venezolana se conformaría. Es evidente y obvio que bajo el espectro de la depresión, los controles servirán para acelerar el camino a un colapso fiscal en medio de una presión hiperinflacionaria, porque la negativa de ajustar su gasto y disminuir su colosal déficit fiscal –hoy en 26% del PIB- no le deja otro camino, por escasez de reservas internacionales, que monetizar su déficit, algo que el retornado Presidente del BCV a su puesto habitual conoce a perfección, está allí para eso. Esto debo explicarlo. Como sabemos que no hay dólares?

PDVSA y la renta petrolera: en caída libre

Basta solo con hurgar pasivos financieros y no financieros de PVDSA, ello nos dice, junto a sus estados financieros, que la renta del petróleo se llevó el mismísimo demonio! Lo de más escasea por las calles. La caída de la renta petrolera se hizo visible con la caída de las reservas internacionales, ello impacto negativamente al fisco, al Tesoro, dado que al escasear la venta de dólares de PDVSA al BCV, la petrolera no podía pagar impuestos regalías y dividendos al gobierno. Por esa razón se activaron las impresoras del BCV para prestarle dinero a PDVSA de manera que esta pudiera cancelar la contribución fiscal, el resultado neto ha sido la hiperinflación por un lado y la escasez por el otro.

El gobierno importa el 62% de alimentos e insumos agropecuarios e insumos para abastecer a la agroindustria privada y pública. Como es evidente, la escasez de divisas hizo escasear alimentos, medicinas, y un volumen considerable de las importaciones ejecutadas con las divisas o dólares que desde el BCV se giraba vía CADIVI a la demanda de divisas nunca satisfecha por CADIVI. Esto ha provocado la escasez y ante los peligros sociales y políticos naturales de un colapso fiscal, el gobierno decidió ir a una especie de “estado de excepción” a través de la militarización de las calles, barrios y urbanizaciones y la Ley Habilitante para cercar al país sobre la amenaza de una radicalización del socialismo.

De esta manera se ha amenazado y expropiado al sector privado a imagen y semejanza de los ocurrido en Cuba en 1960; y no exageramos, ese proceso comenzó con la razzia a los comerciantes en Noviembre a la par de las amenazas de Maduro y su gobierno a radicalizarlo todo. El proceso político perverso que arranco Chávez en el 2000, llega a su fin, sin agenda de alternabilidad, los comunistas planean la captura del poder total, el rechazo global en Venezuela al socialismo no es nuevo, pero fue secuestrado.

El torniquete de la Habilitante y sin dólares

Un paso adelante y con la Habilitante en su poder, el gobierno extrema su urgencia por bolívares inflacionarios, causados por la escasez de dólares, está acompañada de los controles mencionados, lo que unido a la escasez y racionamiento ya embutido en las leyes y violencia política sobre el sector productivo, constituiría para el gobierno una tabla de salvación –política, pero un contrasentido en las actuales condiciones económicas caracterizadas por crisis en pagos por escasez de divisas –caras- y abundancia de bolívares inflacionarios –baratos- en un entorno de elevado servicio por endeudamiento, contracción económica, desempleo y caída de la renta petrolera;  este, el origen de esa gigantesca crisis de pagos.

Pero quizás sea Lenin quien en forma de pajarito le susurre a Maduro, “haz como yo lo hice en 1921 cuando decidí a acabar con la burguesía envileciendo la moneda imprimiendo sin límites”. En 1923 Lenin convoco al Comité Central del Partido Comunista para “retornar” al capitalismo porque no había pan en las despensas, Lenin murió asesinado en el intento.  Maduro imprimirá dinero a discreción y deuda pública, acotamos que esta última, bonos de deuda publica denominados en bolívares- en condiciones hiperinflacionarias como la que vivimos, es similar a dinero circulante, su impacto será absolutamente inflacionario y su valor facial se lo comerá la misma inflación con la cual se descapitaliza quien adquiera esa deuda como inversión, no se olvide que la deuda pública se otorga casi en condiciones de “obligatoriedad” por la banca nacional.

Monopolio del gobierno sobre el dólar: el principio del fin

Ese monopolio sobre el bolívar y dólar, contra natura, -ellos no lo entienden- si producirá un terrible impacto social y altamente peligroso: el acelerado empobrecimiento de las clases medias y que en los actuales momento ve reducir su calidad de vida, entre caída del ingreso, pérdida de poder de compra de sus bolívares y la delincuencia desatada en su propia guerra, sin que el gobierno decida dominarla. El gobierno se mueve en un resbaloso terreno de inestabilidad política, social, los ministros viven su propio calvario de nervios, han apostado topo a todo.

En conjunto, es un entorno de inédita inestabilidad, con una reacción social que muestra el feo rostro de la violencia y el crimen, un subproducto de la pobreza en un entorno en el cual el gobierno, y “los camaradas del hampa” actúan como el terror domesticador de los sectores decentes y normales de la sociedad, clases media y baja. Una curiosa historia, que aunque aún no proviene de ningún conflicto civil armado, en términos de pérdidas de vidas humanas, el “parte de guerra” lo vemos los lunes en las morgues de los centros urbanos. En esencia, el impacto socioeconómico de los mecanismos de empobrecimiento del socialismo ha reducido drásticamente la calidad de vida de ciudades y grandes centros urbanos. Son las consecuencias sociales de una severa crisis de pagos, escasez y racionamiento que empobrece el tejido social venezolano.

A socializar la miseria y la pobreza: inseguridad personal

Sobre la respuesta del gobierno a una crisis de pagos, fiscal y de balanza de pagos, generada por encogimiento de la renta petrolera producido por su revolución y que supuestamente trata de remediar combinando monopolios y controles de precios y ahora de volúmenes, manejemos dos hipótesis. O Maduro no lee la historia de las (hiper)inflaciones, y por lo tanto desconoce cómo se forman y como se evitan, o se siente convencido que controlando precios y ganancias y des-sincronizando el balance del BCV de su poder de emisión de dinero para sostener el esquema de derroche fiscal que nos trajo hasta acá, al mismo tiempo que dominar la hiperinflación con un programa “ordenado” de escasez y racionamiento como en Cuba y Corea del Norte.

Que tenía que hacer Maduro?

Cualquiera que sea su circunstancia, renunciar a establecer los correctivos al derroche fiscal, que neutralice los efectos sobre la intensa caída en la renta del petróleo, eliminando los controles, y las restricciones a la oferta de bienes retornando al único esquema económico que produce progreso, libertades económicas sin controles. Veamos por ejemplo, a manera de colofón, que el diferencial entre el llamado mercado paralelo, y el llamado dólar oficial, solo muestra en costos en bolívares y dólares el tamaño de un Estado/Gobierno obeso mórbido que se consume el 75% de las divisas generadas por el petróleo, y el país expuesto a una velocidad de empobrecimiento que hoy se mide por el volumen de violencia, crimen e inseguridad personal.

El presupuesto debe balancearse, el Tesoro debe ser reconstruido, y la deuda publica reducida. La arrogancia de la burocracia debe ser controlada y reducida y la asistencia a tierras foráneas debe ser recortada, de lo contrario nos volveríamos insolventes. Cicerón, 63 A.C

“Lo más importante a recordar es que la inflación no es un acto de Dios, ni una catástrofe de los elementos o de una enfermedad que viene como de la peste La inflación es una política.”. (L von Mises, “Política Económica”)