Según estudio los signos zodiacales están vinculados a la salud

Según estudio los signos zodiacales están vinculados a la salud

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Nuestro cumpleaños es una marca ineludible, una pequeña serie de números que nunca va a cambiar y que nos acompaña a todas partes. Esta inmutabilidad puede ser la razón por la cual tantas personas se sienten atraídas hacia la astrología, que se construye a partir de la fecha de nuestro cumpleaños y le da un significado específico. Hoy, su forma más popular es el horóscopo, que se encuentra en revistas pop o sitios digitales, y a menudo se enfoca en decirnos nuestro destino relacionado a temas como el amor o el dinero.

Pero alguna vez la astrología fue puramente académica y un empeño científico. La astrología médica, por ejemplo, llamada “iatromatemáticas”, se remonta a los tiempos en que surgió la propia medicina. Es una de las tradiciones intelectuales más viejas del planeta. Lauren Kassell, profesora del Departamento de Historia y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Cambridge, investiga la medicina astrológica.

“Por siglos era práctica común que los médicos educados utilizaran la astrología como herramienta”, apunta. La astrología ha perdido mucho lustre por haberse diluido en el vacile de la cultura pop, pero hay evidencia de que la estación en la que nacimos tiene una fuerte influencia en nuestro futuro. De acuerdo a su estudio, dependiendo de si nacimos en primavera, verano, otoño o invierno, tenemos mayor o menor probabilidad de sufrir esquizofrenia, alergias, esclerosis, alcoholismo, diabetes, bipolaridad, entre otras. La estación de nuestro cumpleaños también parece determinar qué tanto vivimos.





Muchos científicos modernos se rehúsan a admitir que exista una conexión entre la salud y la astrología. Sin embargo, Chris Ciarleglio, un neurocientífico que actualmente trabaja en Brown University, apuntó: “Sabemos que hay una extraña conexión entre el nacimiento estacional y algunos desórdenes, pero no sabemos por qué”. Y justamente el porqué es lo que se ha dedicado a investigar.

Al parecer, todo se trata de nuestro reloj biológico. El ritmo circadiano de cada quien es lo que regula nuestros ciclos de dormir y despertar. Es el que nos dice cuándo despertar cada mañana y es central para todas las funciones vitales. “Si el reloj está estable”, apunta Ciarleglio, “todo va de acuerdo a lo planeado. El problema es que, sin importar qué tan perfectamente calibrado esté, tendrá que enfrentarse con factores del mundo exterior, donde un montón de factores ambientales pueden alterar permanentemente su funcionamiento. Aquí es dónde la estación donde nacimos juega un papel”.

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