Redes terroristas ligadas a Hezbollah operan en Venezuela

Redes terroristas ligadas a Hezbollah operan en Venezuela

Foto AP

Estas redes recaudan fondos y reclutan adeptos en el continente, al amparo del respaldo que les brindan gobiernos amigos y bajo cobertura de actividades de tipo solidario y cultural.

En febrero pasado, el diario venezolano El Universal informó que el ex embajador iraní Mohammed Razza Hidari aseguraba haber visto a “muchos grupos latinoamericanos de Hezbollah llegar a Irán para adquirir conocimientos”. El viaje a la República Islámica es la culminación de un camino que se inicia con el reclutamiento y la conversión religiosa. En los últimos 2 ó 3 años se ha intensificado esta actividad proselitista, mediante elementos de la Guardia Revolucionaria iraní o de su aliada libanesa Hezbollah que llevan adelante tareas de captación, reclutamiento, adoctrinamiento y, finalmente, viajes a la ciudad sagrada de Qom donde culmina el entrenamiento político, religioso y militar. Los elementos así formados regresan luego a sus respectivos países para generar a su vez nuevas “misiones culturales”, a modo de pantalla. Blanco de esta cooptación son los simpatizantes del Socialismo del siglo XXI o de la Revolución Bolivariana, en diferentes países latinoamericanos, atraídos por actividades culturales o de apoyo a grupos indígenas y marginados.

También a comienzos de febrero de este año, se habían encendido las alarmas en Estados Unidos tras el arresto en Alemania del ex presidente del Banco Central de Irán, con un cheque de 300 millones de bolívares (70 millones de dólares). Tahmasb Mazaheri fue detenido en Düsseldorf, donde llegó proveniente de Turquía, por violar leyes contra el blanqueo de capitales y el financiamiento de redes terroristas. Mazaheri es director del Banco Internacional de Desarrollo, una entidad iraní con sede en Caracas, filial del Export Developement Bank of Iran. Un arresto que confirmaría que, entre otras cosas, la amistad con Venezuela permite a Irán eludir las sanciones económicas impuestas por su programa nuclear.





Desde Argentina, el fiscal Alberto Nisman, a cargo de la investigación del ataque terrorista de 1994 contra la AMIA (mutual judía) de Buenos Aires, acaba de acusar a Irán de haber desplegado una amplia red terrorista en América del Sur que incluye a doce países. El dictamen, de 500 páginas, reitera acusaciones contra varias personalidades iraníes como autores intelectuales del criminal atentado.

De la acusación del fiscal se desprende que la acción terrorista contra la AMIA fue parte de un plan orquestado a escala mundial por las máximas autoridades iraníes y que la finalidad principal del despliegue operativo iraní en América Latina habría sido la de exportar la revolución islámica, aprovechando la existencia de una amplia población de descendencia musulmana.

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